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El Abrazo Químico: La neurociencia detrás de nuestros gestos de amor

  • Foto del escritor: Johanna G.
    Johanna G.
  • 24 sept 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 sept 2024

¿Alguna vez te has preguntado por qué un simple abrazo o un beso apasionado pueden hacerte sentir en las nubes? La respuesta está en tu cerebro, y la neurociencia tiene mucho que decir al respecto.


Los besos y abrazos, esos gestos aparentemente simples, desencadenan una cascada de reacciones químicas en nuestro cerebro que nos hacen sentir eufóricos, conectados y, sí, incluso un poco adictos a la persona que amamos.


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El Cóctel Químico del Amor


Cuando besamos o abrazamos a nuestra pareja, nuestro cerebro libera un cóctel de neurotransmisores y hormonas que crean una sensación de placer y conexión. La estrella de este espectáculo químico es la oxitocina, a menudo llamada la "hormona del amor".


Según un estudio realizado por Zak, la oxitocina se libera en grandes cantidades durante el contacto físico íntimo. Esta hormona no solo nos hace sentir más unidos a nuestra pareja, sino que también reduce el estrés y aumenta la confianza.


Pero la oxitocina no trabaja sola. La dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa, también entra en juego. Aron y sus colegas descubrieron que los niveles de dopamina se disparan cuando estamos cerca de la persona que amamos, creando esa sensación de euforia y deseo que asociamos con el amor romántico.


El Poder Terapéutico del Contacto


Los abrazos, en particular, tienen un efecto terapéutico sorprendente. Un estudio dirigido por Light demostró que los abrazos frecuentes entre parejas están asociados con niveles más bajos de presión arterial y frecuencia cardíaca, lo que sugiere un efecto protector contra el estrés cardiovascular.


Pero ¿por qué nos resultan tan placenteros? La respuesta podría estar en nuestra piel. Field descubrió que el contacto físico estimula los receptores de presión en nuestra piel, lo que a su vez aumenta la actividad del nervio vago. Este nervio juega un papel crucial en nuestra capacidad para relajarnos y conectar con los demás.


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El Beso: Más que un Simple Gesto


Los besos, por otro lado, son una forma de comunicación no verbal increíblemente compleja. Según Hughes, durante un beso apasionado, intercambiamos información sensorial y biológica que nos ayuda a evaluar la compatibilidad con nuestra pareja.Además, el acto de besar activa áreas del cerebro asociadas con la recompensa y el placer, similares a las que se activan con drogas adictivas. Esto explica por qué a menudo anhelamos los besos de nuestra pareja y por qué pueden ser tan difíciles de resistir.


Cultivando el Amor a Través del Contacto


Entender la neurociencia detrás de estos gestos de afecto nos permite apreciar su importancia en el mantenimiento de relaciones saludables. Gottman, reconocido por su investigación sobre relaciones de pareja, enfatiza la importancia de estos "momentos de conexión" en la construcción de intimidad y satisfacción a largo plazo.


Así que la próxima vez que abraces o beses a tu pareja, recuerda que no solo estás expresando afecto, sino que también estás participando en una danza neurobiológica compleja que fortalece vuestro vínculo y promueve el bienestar mutuo.

En un mundo cada vez más digital, estos gestos físicos de amor se vuelven aún más preciosos. Son recordatorios tangibles de nuestra necesidad humana de conexión y afecto. Así que no subestimes el poder de un abrazo o un beso; tu cerebro ciertamente no lo hace.



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